Este fin de semana, durante un desfile militar, la famosa familia atendía sus deberes reales cuando de pronto, el Príncipe William estuvo en problemas con la Reina Isabel II y fue realmente genial. El príncipe, vestido con todas sus galas, estaba sentado en el balcón del Palacio de Buckingham mientras hablaba con su adorable hijo, el Príncipe George, y el resto de la familia estaba de pie viendo hacia la multitud.
Ahí es cuando la Reina regañó a Wlliam. Ella podía ser vista a kilómetros de distancia gracias a un traje verde neón, y ahí fue cuando le dijo: “Párate, William“, lo que hizo que el príncipe se avergonzara. Y a pesar de que ese momento fue magia pura, la mejor parte fue cuando el príncipe George se palmeó la cara con su propia mano en respuesta a su papá metiéndose en problemas.