Mel Gibson decidió hoy no impugnar los cargos tras ser acusado de un delito menor por una agresión a su expareja, la rusa Oksana Grigorieva, y se benefició de un acuerdo extrajudicial por el que queda en libertad condicional no supervisada durante un periodo de tres años.
Según informan medios locales, el actor, que parece acabar así con el calvario que vive desde hace meses, deberá completar un curso de orientación psicológica de 52 semanas para controlar sus ataques de ira, como parte del acuerdo aceptado por la jueza del condado de Los Ángeles Stephanie Sautner.
Simone Shay, miembro de la acusación, explicó que habían aceptado el acuerdo extrajudicial para "minimizar el trauma y el impacto de cualquier procedimiento para la víctima y sus testigos".
Blair Berk, abogada defensora de Gibson, afirmó que estaba de acuerdo con el pacto "porque es en el mejor interés de sus hijos".
Un hipotético juicio habría requerido probablemente la presencia de Grigorieva y de su hija menor, Lucía, fruto de la relación con Gibson, para testificar como testigos relacionados en el incidente.
Asimismo, Gibson debe completar un total de 16 horas de servicio comunitario con la organización "Mending Kids" y abonar unas multas que ascienden a 580 dólares.
Los detectives del caso también investigaron si Grigorieva trató de extorsionar al actor con la grabación y posterior publicación de sus amenazas, aunque finalmente no se presentarán cargos.
Grigorieva denunció una supuesta agresión de Gibson, en su residencia de Malibú, en enero de 2010. El actor admitió haberla abofeteado para evitar que le hiciera daño a su hija Lucía mientras discutían.
"La golpeé una vez con la mano abierta en un intento de devolverla a la realidad", dijo el actor en su declaración jurada. "No la abofeteé fuerte. Sólo intentaba que parara de gritar y de mover a Lucía de un lado para el otro", añadió.
EFE