Lorde tenía programado un concierto en la ciudad de Tel-Aviv en Israel. Tenía, porque la misma cantante lo canceló ante la presión de sus mismos fans en Twitter.
La intérprete de Green Light sufrió un fuerte boicot que señalaba que si ella se presentaba en Israel, tácitamente estaría apoyando las políticas israelíes y el trato que este gobierno le da a los palestinos.
La presión surtió el efecto deseado y, finalmente el 24 de diciembre, la estrella anunció su decisión de cancelar el evento.
"He recibido una cantidad abrumadora de mensajes y cartas y he tenido muchas discusiones con personas que tienen muchos puntos de vista, y creo que la decisión correcta en este momento es cancelar el show", dijo Lorde en un comunicado, según indica un tuit de Amy Spiro, del Jerusalem Post. "Me enorgullezco de ser una joven ciudadana informada, y había leído mucho y había buscado muchas opiniones antes de decidir reservar un espectáculo en Tel Aviv, pero no estoy demasiado orgullosa como para admitir que no hice el la llamada correcta en este caso ".