El inicio de los American Music Awards tuvo sabor a comida japonesa, sobre todo al ver a la cantante Katy Perry convertida en toda una geisha mientras interpretaba su último single "Unconditionally".
Acompañada de bailarines, Perry se robó el show con danzas orientales, demostrando así que el segundo single del disco "Prism" merece tener tanto éxito como sus temas anteriores ¿Qué opinas?
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