Johnny Depp y sus dos perros Boo y Pistol, son los protagonistas de la última tormenta viral en las redes sociales, ya que los yorkshire terrier aterrizaron en Australia a bordo del jet privado del actor norteamericano, que se saltó las normas fronterizas australianas que obligan a las mascotas entrar en el país con un permiso especial y a pasar al menos diez días en cuarentena.
Las autoridades australianas descubrieron a Depp cuando uno de sus empleados fue fotografiado llevando a los perros en un bolso de mano a una peluquería canina de la ciudad de Gold Coast, cerca de donde el actor trabaja en el rodaje de la quinta entrega de la saga Piratas del Caribe junto a Javier Bardem.
El Ministerio de Agricultura se puso en contacto con Depp el miércoles y le comunicó que tiene hasta el sábado para sacar a sus mascotas del país. Si no lo hace, serán sacrificados. “Si comenzamos a dejar que las estrellas de cine entren en nuestro país con mascotas, entonces ¿por qué no nos saltamos las leyes para todo el mundo?”, se preguntaba ante la prensa el ministro de Agricultura, Barnaby Joyce.
“Es hora de que Pistol y Boo se vayan a Estados Unidos”, exclamó, y añadió que “ahora el señor Depp deberá devolver a sus perros a California o tendremos que sacrificarlos”.