Empecé mi vida laboral desde muy pequeño, incluso vendiendo raspadilla en la puerta de mi casa. Luego de muchos viajes laborales y de culminar mi carrera, ingresé a trabajar a un canal de TV en el área de Marketing, estuve 1 año y al año siguiente me propusieron trabajar con una de las figuras más importantes del país: Buen sueldo, me armé el CV, gané mucha experiencia y conocí a mucha gente pero… no era feliz. Se acabó mi contrato y no quise renovar, me fui de vacaciones fuera del país a gastarme mis ahorros “porque para eso trabajo” y planeaba buscar chamba al volver pero… ¡Pandemia! Sin trabajo, sin plata y en cuarentena.
Descubrí tiktok en medio del aburrimiento pandémico y empecé a consumirlo como espectador. Me pasó lo que a todos cuando usamos el app, te pegas sin darte cuenta del tiempo. Hasta que un día pasé al otro lado: Ya no solo veía, ahora quería crear contenido para publicar.
Un día imité a una chica bailando y el video sin entender por qué se hizo viral y alcanzó los 2 millones de reproducciones en 1 día. Fue alucinante. Pasé de 1K seguidores a 10K. Ahí me di cuenta que en TikTok había demasiado público y que el algoritmo de la plataforma es totalmente diferente al de cualquier otra. Ese fue mi punto de quiebre, desde ahí hasta la actualidad posteo todos los días, de 1 a dos veces como máximo. El inicio ya estaba marcado, ya tenía mi primer viral, ahora la chamba era mantenerse y encontrar qué funcionaba en mi. Y así fue, prueba error, prueba error. En el camino descubrí que imitar a mi mamá, muy a mi estilo, con mi sello personal, con mis términos, con los personajes ficticios y demás, era lo que la gente esperaba de mi. ¿Cómo lo supe? Con otro viral: “Un día en la vida de mi mamá”: 3.5 millones de vistas en 2 días y desde ahí empecé a construir mi camino como creador de contenido exclusivamente de tiktok y, por añadidura, de instagram al crearse los Reels. Poco a poco el alcance fue creciendo, los seguidores también y empecé a pulir el personaje. Llegó la primera marca, luego el primer contrato grande y ahora trabajo con una agencia que maneja temas administrativos mientras yo controlo la creatividad.
Luego de mucho tiempo y esfuerzo estoy viviendo de mi marca personal y trabajando todos los días por seguir creciendo, ese fue siempre mi sueño. Estaba harto de trabajar por sueños ajenos, porque también tengo los míos.
Ahora toca seguir adelante y, si toca reinventarse nuevamente, así lo haré, mientras tanto, seguimos trabajando en la virtualidad y aprovechando esta era tecnológica que me permite mantenerme y a asegurarle las croquetas a mis 2 perros.
