Alan Rickman sabía algo demasiado importante sobre Snape cuando lo interpretaba en la saga de Harry Potter, ya que JK Rowling, autora de los libros, le concedió un pequeño secreto de información durante el rodaje de la primera película para garantizarle una profundidad a su actuación como Snape.
El gran actor, que falleció hace unos días a los 69 años víctima de un cáncer.